Los tótems tienen un origen milenario. En principio, fueron simples grabados en roca o madera que representaban dioses, animales y plantas. Sin embargo, con el tiempo fueron evolucionando hasta convertirse en monumentos que servían para contar historias de los antepasados, ser fuente de inspiración y símbolos de protección.
En la actualidad, el significado de estos monumentos míticos está presente en las obras de artistas españoles como Pilar Almagro. Sus creaciones suspenden el tiempo, rompiendo las barreras entre el pasado y el presente, reflejando la esperanza de una vida que se regenera. De esta manera, sus tótems se convierten en portales que invocan la repetición del acto de la creación y son un homenaje a los ausentes.
Los tótems y el tiempo mítico
En Occidente, hay diferentes concepciones del tiempo: el tiempo circular, el tiempo mítico, el tiempo cronológico y el tiempo kairológico. El tiempo de los tótems es mítico.
La humanidad arcaica buscaba refugio a sus incógnitas en el tiempo mítico, es decir, intentaba dar sentido al acontecer temporal de su existencia. Los tótems, pylons y pilares apuntan precisamente a arcanas formas de regeneración del tiempo.
La adopción del año solar como medida del tiempo es de origen egipcio. Sin embargo, en la primera civilización sumeria en Mesopotamia, ya se contaba con medidas del tiempo solares y lunares coincidentes con las estaciones y las cosechas. Lo esencial es darse cuenta de la importancia de las ideas del inicio y del fin de un periodo temporal, de la creación periódica y de la regeneración cíclica del tiempo. Esta circularidad va acompañada de ceremonias y rituales, como las celebraciones actuales de Año Viejo, Año Nuevo, fiestas de primavera o el Día de Sant Jordi en que se celebra que vence al dragón. Todas estas festividades representan el triunfo de lo nuevo sobre lo viejo, la conquista de las tinieblas por la luz, o la victoria, siempre frágil, de la vida sobre la muerte. Son ritos cosmológicos de la salvación periódica de los hombres, que siguen practicando, aunque la academia enseñe que los tiempos míticos ya pasaron. No, no pasaron.
Arte existencial
Los tótems de Pilar Almagro como creación artística, suspenden el tiempo. La abolición del tiempo rompe las barreras entre pasado y presente, entre los antepasados y sus sucesores, entre vivos y muertos. Así, los tótems se convierten en portales que invocan la eterna repetición del acto de creación, honrando a los ancestros de los que se ha heredado la humanidad. Profundizan la cotidianidad y reflejan la esperanza en la vida como realidad absoluta y, por tanto, sagrada.
Rodearse de los tótems de Pilar Almagro suma tiempo mítico al estrecho tiempo cronológico, expandiendo la existencia.
Las piezas de arte de Pilar Almagro se pueden ver en espacios naturales, monumentales y urbanos. Próximamente, realizará una exposición en Bogotá, Colombia, en un lugar significativo aún no revelado.